Fundació Sida i Societat

Tel. (+34) 666 58 47 91
  Email info@sidaisocietat.org    Contacto

Objetivos

 

Trabajamos por la disminución de la prevalencia e incidencia del VIH/sida e ITS en la población en la República de Guatemala.

* Consulte aquí nuestro PLAN ESTRATEGICO  2012-2017 para conocer nuestra misión, visión, finalidad y objetivos.

Para conseguir este objetivo y tal como hemos venido trabajando desde nuestros orígenes, nuestras actividades están dirigidas a:

  • El fortalecimiento del sistema nacional de salud a través de la formación específica y del refuerzo de los sistemas de información sanitaria y de vigilancia epidemiológica de segunda generación. Desarrollo e implementación del aplicativo MANGUA
  • La Atención socio sanitaria, facilitando y mejorando el acceso y la calidad de los servicios de atención integrales de VIH/ITS/ sida a población vulnerable y general del departamento de Escuintla. El diagnóstico y tamizaje con consejería de VIH/sida en clínicas y unidades móviles permite realizar los esfuerzos necesarios para la detección precoz.
  • La Prevención y educación para la salud, incrementando el conocimiento, el acceso y la utilización de las medidas de prevención del VIH/ITS en la población vulnerable y general del departamento de Escuintla
  • La Investigación Aplicada.
  • La Incidencia política, sensibilización y trabajo en red.

Las intervenciones preventivas respecto al VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) deben tener en cuenta tanto los factores biológicos, como los conductuales y estructurales. Esto es lo que denominamos intervenciones multinivel y es la aproximación que desde el equipo de la Fundació Sida i Societat queremos dar a todos nuestros proyectos. La experiencia en Guatemala nos ha reafirmado en este sentido. Para tener resultados efectivos hemos consolidado la perspectiva de género como una de las herramientas transversales esenciales de trabajo para lograr disminuir de manera eficaz la vulnerabilidad de mujeres y otros grupos, aumentando el poder de ellas y ellos sobre sus propios cuerpos, creando sinergias para que puedan satisfacer derechos fundamentales, como salud y educación, a los que muy probablemente no accederían sin la intervención de la propia sociedad civil. En definitiva, el género ha demostrado ser un elemento imprescindible para potenciar el efecto de las intervenciones biomédicas y conductuales de nuestros proyectos.

Un ejemplo de este poder de incidencia de la sociedad civil, especialmente el promovido por las propias mujeres organizadas, es el hecho de que en los últimos años se han visto modificados muchos de los programas que tanto gobiernos como instituciones y organizaciones habían desarrollado para la “población general” y no específicamente hacia las mujeres. El haber impulsado el concepto de grupos de riesgo centrados en colectivos de riesgo y población general, durante la primera década de la pandemia, entre otros problemas, ha traído como consecuencia que a las mujeres no se las considerase sino hasta hace unos 15 años como un sector especialmente vulnerable de la población ante el VIH/sida. Frente a un panorama de crecientes necesidades y decrecientes recursos, el cambio hacia la salud y el bienestar de cada grupo, pasa inevitablemente por evitar el reduccionismo biomédico y que las decisiones y la distribución de recursos se basen en la evidencia científica y en la experiencia del trabajo comunitario. Ciertamente, el sida ha ido acompañado de un excepcionalismo que no tienen otras enfermedades. En Catalunya, el resultado ha sido la existencia de centros clínicos, de investigación básica y de epidemiología pioneros en el estado español y competitivos internacionalmente; así como la consolidación de una red de oenegés que también ha liderado el discurso social y que ha sido clave en la visualizuación de los factores estructurales que mediatizan tanto la epidemia, como la respuesta generada ante ella.

Pero para que el árbol no nos impida ver el bosque, la preocupación por las formas no nos debe llevar a obviar el análisis objetivo de los resultados, ni la autocomplacencia impedir la imprescindible autocrítica por las cosas que no se han hecho bien.

Colaboradores